En playoffs a los duelos impares se les llama bisagra, claves para articular la eliminatoria. Y el de hoy, ya saben, es el tercero, el que puede garantizar al Barça al menos un quinto partido en el Palau o situar al Madrid 2-1 con la opción de remachar el miércoles, que se jugará también en un Palacio de Deportes pletórico.
Hacia el recinto de la calle Goya señalan todos los dedos blancos: "El público será un factor decisivo. En el quinto partido de la semifinal ante el Caja Laboral generó un ambiente que nos ayudó de verdad", reconoce el lituano Martinas Pocius. "Entonces -apunta Sergio Rodrí-guez-, los aficionados resultaron determinantes".
Para el Madrid sería tan histórico firmar el doblete (Liga y Copa) como celebrar un título en casa, porque ninguna de las dos cosas ha ocurrido en los últimos 19 años, desde 1993, desde que Sabonis se aupara a las vallas publicitarias puños en alto con la afición a sus pies ocho temporadas antes de que el viejo Palacio ardiera.
Festejos. Porque en estas dos últimas décadas el Madrid ha ganado tres Ligas y una Copa en Barcelona, otra ACB en Vitoria, la Euroliga en Zaragoza, la Recopa en Nicosia y la Copa ULEB en Charleroi; pero no ha vuelto a festejar nada en Madrid, nada. Que lo consiga ahora está caro, porque los de Laso han dominado los seis duelos directos esta campaña, tuvieron superioridad estética, pero los números hablan de un empate a tres general, de 1-1 en esta final, en la que los culés partieron como favoritos y aún mantienen esa condición en varias casas de apuestas.
Al Barça le fallan los relevos, pero Navarro, Lorbek, Mickeal y Vázquez desequilibran. El desgaste físico, eso sí, con Ndong tocado en una rodilla y una plantilla veterana, rema a favor del Madrid, de un equipo en el que casi cualquier jugador puede decidir. Al margen de la eclosión de Sergio Rodríguez (18/23 en triples en los playoffs), los líderes anotadores en la final son Carroll y el renacido Tomic, ambos con 14 puntos de media. En la trinchera rival Lorbek se va hasta los 20 y Navarro a los 16. Hoy, partidazo, esa es la única certeza.
Pete Mickeal
"El segundo partido lo perdimos por dos errores claves. Para el tercer duelo necesitaremos mucha defensa y muchos rebotes, nada más. Para nosotros el 1-1 es como antes de empezar la eliminatoria, ahora tenemos que ganar dos partidos y ya está".
Pablo Laso
"Somos equipos diferentes, pero parejos en el potencial. Ahora sólo pienso en el tercer partido, porque de ir más allá estaría gastando energías para nada. Mis jugadores han demostrado carácter y todos se sienten importantes, saben que les llegará su ocasión".